domingo, 27 de mayo de 2007

Un paseo al mundo de B y D

25th Parallel, ABRIL, 1990
SIEMPRE LASTIMAMOS A LOS QUE MAS QUEREMOS
(Un paseo al mundo de B y D)

Por Brian Warner

El empalagoso aroma del cuero instantáneamente abordó mis sentidos cuando caí dentro del calabozo de la ama Bárbara. Después de yo fuera vendado de los ojos y escoltado por sus esclavos. Pasé unos instantes ajustando mi visión dentro de la cámara de tortura apenas iluminado; sin la debida atención, escondí el parche adhesivo en el bolsillo de mi camisa. Una vez que pude tener una visión clara, la similitud coexistencial de esta habitación en Fort Lauderdale, pudo ser muy evidente.

Esta mujer de apariencia corta y corpulenta, quien hace así misma llamar Barbara, es un miembro de B y D (lo cual es Bondad y Disciplina para aquellos quienes pensarían que su posición misionaría todavía es la estándar) en su casa hay especialistas con la más mísera reputación de lo que te puedas imaginar.

"Cualquiera que sea la fantasía de la persona, yo se la cumplo," y lo afirmaría con un gesto a su cuarto lleno de masoquismo. A pesar que esto pudiese parecer lascivo, las películas y otros aditamentos pornográficos son de gran ayuda. "En filmaciones comerciales, uso instrumentos de tortura. Hago torturas en genitales, peircing corporal, y un poco de esclavitud a mis invitados-los ato en posiciones que les sean extremadamente incomodas, y los dejo así por un largo periodo de tiempo. Si la sesión les sienta bien, y mis esclavos han obedecido mis mandatos, entonces serán permitidos a masturbarse."

En la pared contraria a la puerta, se encuentra una hilera de espejos panorámicos, y a un lado, sus herramientas de oficio. Seguí a Barbara hasta el estante de la derecha donde ella hizo rúbrica a los dos cascos de jinete, un equipo de shock eléctrico usado para entrenamiento canino, varios collares, un par de espuelas y un puño metálico diseñado para constreñir piernas, muñecas y dedos pulgares.

"Siempre los aplico en muñecas, tobillos y en los dedos, o donde pueda," Regresando a la habitación, sobre un muro hay una enorme cantidad de abrazaderas acompañadas de pesas que son empleadas para estirar las partes más sensibles del cuerpo. A centímetros más abajo, me mostró un juego de utensilios que nos podrían parecer familiares como las tenazas para voltear carne asada.

"Estas son fabulosos para una tortura [genital]," ella sonrió y entonces levantó ingenuamente las tenazas para hacerlas chocar en el aire produciendo un ruido seco, como si fueran tenazas de una langosta metálica. "Al propósito, cuando mis visitas comen langosta en algún lugar, estas les hacen recordarme." (Aviso al lector: 25th Parallel recomienda encarecidamente, no intentar esto en casa o en Joe's Stone Crab por tales inconvenientes.)

En la parte inferior del muro, se encuentran unas argollas de goma, piel y metal, variando en tamaño de una a cuatro pulgadas de diámetro. Aparentemente, estas argollas fueron inventadas por los chinos con el propósito de aumentar la permanencia en el acto sexual.

Aun más abajo de su mural, Barbara me mostró un pequeño artefacto hecho de piel y eslabones metálicos. Parecía como un juguete para niños; y bien puedo recordarlo, era más como un accesorio para la Tortuga Ninja del adolescente pervertido. Ella me explicó que este aditamento se usa para "estirar los genitales." Dudo poder encontrar uno de esos en alguna tienda de juguetes.

Para hacer esto aun más extraño, por debajo del tal artefacto sexual, estaba una lupa. Barbara la tomó sosteniéndola de su mango y dijo, "Esto es para los caballeros, así ellos puedan ver lo que tienen con una mejor perspectiva."

Escondido a pie del muro, estaba una colección de collares con picos para sus cautivos, bracieres de piel, mascaras, mordazas y borlas para el pene o los pezones. Entonces Barbara levantó estos últimos y expresó, "Obligo a los hombres a bailar colgándose un par de estos en el pene y en los pezones, y deben hacer que se balanceen en la misma dirección." En adición a ese tesoro de procacidades, también había colas de caballo (complementadas con su rápida "conexión al trasero" diseñada por el aficionado Mr. Ed.) y una cadena con una bola de mazo, la cual había sido comprada en una venta de garaje según Barbara.

Cruzando el cuarto, sobre el otro muro se encuentran las armas más sádicas de Barbara, usadas para aquellos momentos cúspides. Por supuesto, ahí había un montón de cadenas, así como una vérula inglesa, varias palmetas (en madera, mimbre, goma, cuero y en plástico), una vara, una regla, un arma medieval con picos que Barbara ha bautizado "Rompe testículos," garras de gato y suficientes látigos como para hacer que Indiana Jones babee incontrolablemente.

Aun más, en los cajones de duela, contenían algunos accesorios, como estimuladores electrónicos para los músculos, enemas desechables, velas, guantes de hule, condones (Troyanos tradicionales y lubricados), sangre falsa, yeso parisino, sello plástico Saran Wrap, soldadura, corbatas plásticas, plumas, pelucas, cepillos, talco de bebé, vitamina E en solución, Vaselina y un gaveta repleta de aditamentos (en varios colores, formas y tamaños), incluso tenia más lencería que Victoria Secret y el hollywoodence Frederick juntos, además de la caja con luces de véngala. Siendo yo un tipo ingenuo, pregunté para qué se usan estas-ojalá no lo hubiese hecho. "Especialmente para los cumpleaños y el cuatro de Julio. Pongo uno de esos en la punta del pene de mi invitado y lo enciendo." Barbara me lo confesó sin un poco de insurrección sarcástica. "La mayor parte todas estas cosas son de utilería, aunque a muchos hombres les encanta la idea de vestirse como mujeres, así que ellos vienen aquí para ser femeninos."

Llanamente, pude encontrar descanso en el edredón de terciopelo negro que cubre su cama full-size de Barbara. Por debajo de esta, donde los enseres más normales se podrían hallar. No sé, quizás un juego de mesa o hasta las figuras de los muñecos KISS los cuales podría notar encerrados dentro de una celda.

A pesar que la ama Barbara ha estado practicando bondad y disciplina comercialmente por tres años, (eso no es comercializar como nosotros conocemos el término; puesto que esta práctica es ilegal) ella ya había estado haciendo su práctica de manera clandestina por 45 de sus 57 años. Su introducción al sádico mundo del "Báteme-golpéame-pícame con esos alfileres en mi órgano sexual," ámbito del llamado B & D, llegó al punto de su incierta edad de los 12 años.


"Estuve viviendo en California por algún tiempo, ahí conocí a un hombre de 21 años que solía venir a mi casa gran parte del día," encendió un cigarrillo y procedió a contarme. "Un día, él me fastidiaba con un látigo al grado de ponerme furiosa. Así que le arrebaté el látigo y lo obligué a quitarse toda la ropa para que manejara de regreso a su casa desnudo."

Hasta ese día, Barbara se la pasaba extorsionando hombres a cambio de placer. A pesar de lo que eso pudiese significar, Barbara no perdió su virginidad sino hasta los 16. Después ella se mudó a Florida en 1980 y continuó con su negocio clandestino. Finalmente, Barbara llegó a la conclusión de que si hacía publicidad a su negocio entonces podría atraer mas personas y hacer mas dinero. Para entonces, la sesión andaba al rededor de los $200 dólares (la cual podría durar de unos 12 minutos hasta 13 horas), hacía al menos $25,000 al año libres de impuestos.

Sus clientes, quienes oscilan de los 19 a los 74 años, podrían localizarla en el periódico, si éste tenía una leyenda diciendo "Sincera, madura y dominante mujer, ofrece cuartos sádicos disponibles para estancias de corto y largos periodos de tiempo."

Por lo general, su clientela frecuente son caballeros que se dedican a los negocios y que tienen familia, Barbara revela. "Creo convincentemente que los altos ejecutivos son los que tienes las mas altas presiones y por eso, ellos buscan un lugar en donde liberarse," luego confiesa. "Veo rostros de políticos, y los puedo reconocer en los pósteres de sus campañas publicitarias. Por lo tanto no veo el lado extraño a tener oficiales de policía, bomberos, abogados, jueces, pilotos de aerolíneas y hasta jugadores de Football americano en mis sesiones." Riéndose Barbara, añade, "Muchas ocasiones, recibo llamadas en plenas vacaciones de esos caballeros diciendo que no están habituados a pasar tanto tiempo con sus familias. Así que ellos dicen estar hartos, que se han portado mal y por tal, necesitan una tunda."


Ella no sólo brinda servicio a tales clientes depravados, Barbara posee personal que vive como esclavos y quienes literalmente se han vendido enteramente a ella. Actualmente, el mozo de éste desfachatado complejo, es un caballero de mediana edad, complexión delgada y adusta llamado Stan. A pesar de que él es 60 centímetros más alto que Barbara, el porte tirano de ella lo hace temblar por dentro como gato desamparado. Así como mi fotógrafo Marc Serota prepara su iluminación extra, Barbara ordena a Stan desvestirse para la foto; así que el masoquista esclavo sale del cuarto para hacerlo de manera obediente. Regresando a mi, ella explica, "No puedes ser un buen dominatriz sin antes entender ciertas obligaciones. El juego es el siguiente-mi rol es tomar el control y forzarlos hacer lo que me plazca. Pero al final sólo reciben lo que buscan." Nunca les tomo a parecer, ellos no deciden que vestir o cuando decir algo. Yo controlo completamente sus vidas. Soy su todo para ellos. Y es que estas personas no han sido capaces de controlar sus vidas por sí mismas. Han hecho de sus vidas un desastre y ninguna mujer les ha satisfecho por completo. Así que simplemente deduzco muchas cosas, y por tanto ellos no necesitan idear."

Aparentemente, mozos como Stan viven con ella y obedecen a cada inquietud de Barbara, sin importar que esta sea sexual ó de cualquier otra ímpetu. En tanto al subsidio de Barbara, Stan le da una cantidad nominal de dinero a Barbara para que ella se haga cargo de sus gastos de cada mes. En parte, ella es como una madre para Stan. Lo que él no sabe es que si alguna vez decide irse, entonces obtendrá su dinero de vuelta.

Así fue, pero Stan finalmente decidió regresar, y ahora estoy sorprendido por su nueva apariencia. A pesar del hecho a que esté completamente desnudo, su bello corporal ha sido depilado por completo, y usa unas cuatro o cinco (no puedo concebir la cantidad exacta) de esas atractivas argollas metálicas, las cuales describí por ahí de 27 párrafos antes; esquilaban de una dirección a otra así como él se paseaba por el cuarto. Pusilánimemente, Stan se estremece en la silla de piel, y Barbara procede a crucificarlo contra la pared. Una vez que Stan ha sido esposado de manos, tobillos y cuello, entonces Barbara introduce un bisturí en los pezones del martir.
"¿Te duele?" Barbara pregunta evasivamente.

"Pues... pero justo antes que lo pudiese expresar, ella agarró sus genitales y los apretó sin importarle el dolor que le pudiese producir cualquier bello púbico extirpado. "Busca la posición que se te sea más incomoda," le ordena, y su muñeco de trapo maltratado obedece rápidamente, estira su pierna a un lado y enseguida la pone en un ángulo complicado.

Heridas rojas al tamaño de una tarta yacían al rededor del pecho destrozado de Stan, le pregunté como se sentía. Lenta y dolorosamente murmulló, "Sometido... Siento algo pero me es difícil sostener una cierta emoción en todo esto. "Stan no es una persona elocuente y siempre menosprecia las cosa, "Siempre trato a los hombres de esta manera. Siempre he creído que los hombres deberían ser encerrados en celdas y establos, como perros y caballos, y sólo sacarlos cuando quieras jugar con ellos. Sería muy conveniente."

Stan se estremece así como el flash de la cámara del paparazzi comienza a destellar mientras Barbara contesta a la puerta. Era Bob quien tocaba, él es su esclavo de medio-tiempo. Trae consigo una caja repleta con videos transvestis adquiridos del mercado negro. Bob es una persona jubilada quien sirve a Barbara con el debido permiso de su esposa.

"Mi esposa acepta esta disciplina, pero no se quiere involucrar en ella," Bob se justifica así como se revolotea de manera impaciente las monedas en su bolsillo. "Y es que ella me conoce bien, esto es como una fantasía mía y lo disfruto mucho. Mientras ella esté segura de que yo esté aquí con gente reservada y cuerda. Yo jamás le mentiría o tratara de engañar con alguien más. Yo no frecuento a otras mujeres."

Barbara lleva una vida hedonista que comparte con Bob, Stan ó con cualquiera de los otros. Ella pasa la mayor parte de su tiempo libre en barcos, aviones o practicando deporte como el submarinismo. Come donde y cuando ella quiere, y jamás se tiene que preocupar por un poco de satisfacción sexual, y es que ella ha entrenado bien a sus esclavos para ello. "Stan tiene prohibido tener una erección, no hasta que yo se lo ordene. Ha tenido que aprender a ser funcional bajo mis órdenes."

Barbara representa el concepto que todos conocemos acerca de una mujer como tal, y que al mismo tiempo resulta irónico al respecto de lo que podríamos considerar como conducta normal, y eso que jamás ha sido arrestada, a pesar de que haga lucro de un infierno de torturas. Hasta éste punto, decidí que sería buena idea regresar al concepto estadounidense del "pastel de manzana y nada de sexo hasta el matrimonio," así que me puse el parche adherible y seguí a Barbara a la sobrante luz de la húmeda tarde.

Cuando me dirigían a siegas en búsqueda del auto para partir, ella se despidió murmurándome al oído, "Ellos creen que yo soy maravillosa, algunos otros podrían tomarme como la mayor atracción, así que, ¿por qué no permanecer en el sitio donde eres adorado?"



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